Cómo Manejar la Mesada de tus Hijos

La mesada o domingo puede ser una excelente manera de enseñar a tus hijos el valor y la gestión del dinero a través de un ingreso regular. Sin embargo, los padres a menudo dan mesadas con ciertos términos y condiciones, sin darse cuenta de las posibles consecuencias negativas que pueden traer.
Conducta
Nosotros no ganamos dinero en el mundo real por ser atentos, utilizar un lenguaje adecuado o cumplir con la ley. Por estas acciones somos recompensados con aprecio, amistad y libertad. Sobornar a tus hijos para que se comporten les enseña a poner un valor monetario a estas acciones y logros, y probablemente no es una recompensa lo suficientemente grande como para alentar la buena conducta a largo plazo. En su lugar, los expertos sugieren reforzar el buen comportamiento con viajes especiales o expresando reconocimiento.
Además, reducir su mesada como un castigo por mal comportamiento no será tan efectivo como por ejemplo, quitando la televisión o la computadora un tiempo. Es mucho más fácil para los niños renunciar a algo que aún no tienen (la siguiente mesada), que a algo del aquí y ahora.
Calificaciones
Dar un premio monetario por buenas calificaciones sin duda parece más comparable con el mundo real, pero puede llevar a que tus hijos se centren más en el resultado que en el proceso. Los niños deben estar orgullosos de sus buenas notas, y no hay mejor recompensa que enorgullecerse por ellos también. Celebrar el logro será mucho más significativo que entregar un billete o unas monedas.
Quehaceres
Vincular un pago monetario a las tareas puede ser un arma de doble filo. Por un lado, refuerza una ética de trabajo positiva y la responsabilidad personal. Por otra parte, puede conducir a una expectativa de cobrar cada vez que se haga algo útil, así como la pérdida de sensibilidad ante buenas acción. Como adultos, no nos pagan para sacar la basura o limpiar nuestra habitación. Es una responsabilidad de la familia.
Sin embargo, si tus hijos quieren ganar dinero extra por hacer actividades de la casa, considera encargarles las tareas por las que de otro modo pagarías a alguien más por hacerlas. Cortar el césped, limpiar ventanas, encargarse de sus hermanos menores, o trapear pisos son ejemplos que encajan en esta categoría. De esta manera no pones en peligro las responsabilidades de la familia y permites que tus hijos vean los beneficios de trabajar.